Los cambios en la piel están entre los signos más
visibles de envejecimiento. Las evidencias del aumento de la edad incluyen las
arrugas y la piel flácida.
Estos cambios se deben a:
- Factores exógenos: exposición directa al sol, consumo de tabaco, alimentación inadecuada, falta de ejercicio físico, etc.
- Disminución del colágeno produciendo un menor aislamiento de la piel ante temperaturas extremas y mayor una vulnerabilidad a agentes ambientales produciendo como consecuencia la aparición de irritaciones cutáneas.
- Disminución de la masa muscular.
- Disminución del número de melanocitos (células que contienen pigmento que colorean la piel) y aumento de su tamaño, de ahí que la piel tenga una apariencia más pálida y se produzca la aparición de manchas en la piel.
- Disminución de la grasa subcutánea.
- Degeneración de las glándulas sudoríparas.
- Menor actividad de las glándulas sebáceas lo que provoca que, por ejemplo, la piel sea más áspera por ejemplo.
Para evitar estos cambios se puede hacer lo siguiente:
- Evitar la exposición directa al sol o utilizar filtros solares cuando no se pueda evitar la exposición a este.
- Mantener buenos hábitos de salud y alimentación.
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