A partir de los 65 años, la hipertensión arterial es más frecuente ya que se presenta en el 60% de esta población y afecta a ambos sexos. No es una enfermedad inocua ya que, luego de varios años sin tratamiento, puede producir importantes complicaciones que, a su vez, son las causantes de diversas enfermedades, muchas de ellas invalidantes e incluso fatales.
Las
complicaciones más frecuentes e importantes pueden ser: agrandamiento del
corazón, particularmente el engrosamiento de sus paredes (hipertrofia
ventricular), que puede reducir su eficiencia, generar arritmias y, a largo
plazo, conducir a la insuficiencia cardiaca. Pérdida de la capacidad del
corazón de bombear la sangre que necesita el organismo produciendo
insuficiencia cardiaca. Y el deterioro de la función del riñón, que puede
llevar a la necesidad de tratamientos como la diálisis o el transplante renal.
Todo aumento de la presión máxima se asocia a mayor riesgo, pero en
paralelo cuanto más baja sea la presión mínima en el adulto mayor, también
aumenta el riesgo cardiovascular. Por ello, es importante entender que en estas
personas se debe ser cuidadoso al indicar medicación que baje la presión
máxima, ya que si en forma paralela se reduce mucho la mínima, el beneficio de
reducir la máxima puede ser anulado por el perjuicio de alcanzar una mínima muy
baja.
Referencias: http://redsalud.uc.cl/ucchristus/MS/RevistaSaludUC/Adultosmejores/hipertension.act
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