Neugarten (1968) establece cuatro
tipos básicos de personalidad y cada uno de ellos tiene una forma propia de
adaptación al envejecimiento:
Personalidad de
tipo integrado. Son las que se acompañan de niveles de adaptación superiores.
Las personas presentan actitudes y comportamientos flexibles, alto nivel de
satisfacción. Estudios longitudinales muestran que este tipo de personalidad se
mantiene a lo largo del proceso de envejecimiento
Personalidad de
tipo blindado. Se acompaña de buenos niveles de adaptación. El
mantenimiento de los roles y la escasa disposición a nuevas experiencias la
caracterizan.
Personalidad de
tipo pasivo-dependiente. Se caracteriza por una necesidad de constante apoyo o
por apatía o pasividad para con el entorno.
Personalidad de
tipo no integrada. Muestran un bajo nivel de actividad, tanto en lo físico como psíquico.
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