Hoy en el mundo hay millones de ancianos pobres
que comen una vez al día, no porque son ancianos sino porque son pobres.
Terminar la vida en plena pobreza es agravar los
sinsabores inevitables del envejecimiento.
A pesar de que hay en todo el mundo un
voluntariado social que colabora y acompaña la vida de ancianos pobres,
voluntariado que necesita ser promovido en América Latina, es necesario
recordar que es responsabilidad de los ayuntamientos, atender el problema
social de la vejez, como actividad prioritaria municipal.
En todo caso, es muy difícil mejorar la situación
del anciano pobre, sin contar con un sistema de Seguridad Social, ajustado a
las condiciones socioeconómicas del país, que garantice un ingreso digno del
adulto mayor.
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